La fatiga es uno de los principales problemas de la vida moderna: afecta a 8 de cada 10 individuos. Concierne a todas las generaciones: a los adultos, a los mayores de 50 años y incluso a los niños. En efecto, nuestra época impone cada vez más exigencias a nuestros organismos sobrecargados (estrés, desequilibrios alimenticios, múltiples contaminaciones, presiones de la vida, …) y nuestra comida nos aporta cada vez menos elementos nutritivos esenciales para poder responder con buena salud a nuestros “retos biológicos cotidianos".
Se plantea una pregunta: ¿cómo permanecer en forma? Para ello, primero tenemos que entender el mecanismo para estar en forma.
Se plantea una pregunta: ¿cómo permanecer en forma? Para ello, primero tenemos que entender el mecanismo para estar en forma.

1. El mecanismo para estar en forma.
A grueso modo, nuestro cuerpo utiliza energía para andar, correr, hablar, trabajar en el jardín o para cualquier otra actividad física o cerebral. La energía es, por tanto, el carburante de nuestro organismo. Pero, ¿de dónde viene dicha energía?
Para estar en forma necesitamos vitaminas y nutrientes. Éstos no aportan energía directamente, pero son indispensables para las reacciones celulares que producen energía, por ejemplo:
- La vitamina C aporta vitalidad a los músculos y energía inmediata.
- La vitamina B permite restablecer el equilibrio físico y nervioso.
- La vitamina E actúa como un protector antioxidante.

En la mayoría de los casos, nuestro organismo es incapaz de sintetizar estos nutrientes esenciales. Es por eso por lo que deben ser aportados por la alimentación. Si nuestro cuerpo tiene carencia de dichos elementos, aparecerá la fatiga y dejaremos de estar en forma – Ya no se respeta el equilibrio del organismo.
2. ¿Que hay que hacer para conservar el vigor y la vitalidad?
La fatiga puede tener múltiples causas, como por ejemplo el estrés, la falta de sueño, carencias de vitaminas y minerales o intolerancias alimentarias. Para combatir estos males, la mejor manera es llevando una vida sana y una buena alimentación.
He aquí algunos consejos para estar en forma:
Dormir bien por las noches. Respete la regularidad de los horarios de levantarse y acostarse. Cuanto más regular, tanto más fácil es tener un sueño de calidad. Un adulto necesita dormir una media de 8 horas.
- Equilibrar la comida durante el día. No coma demasiado por la noche para no sobrecargar su ciclo de digestión. Para matar el gusanillo por la tarde, evite los alimentos demasiado azucarados, ya que a causa de su digestión difícil inducen a la fatiga; opte más bien por fruta fresca o frutos secos.
- Tomar una alimentación más rica en glúcidos. Siga una alimentación variada y opte por los alimentos ricos en glúcidos complejos que hallará en el pan, el arroz, las patatas, la pasta, los cereales, las legumbres. Estos glúcidos complejos favorecen la combustión de las grasas del cuerpo y son los alimentos del rendimiento. También es importante comer 5 frutas y verduras al día.
- Tomarse tiempo para uno mismo. El estrés es fuente de fatiga; relájese, pues, y tómese sus momentos de tranquilidad y descanso. Un buen ataque de risa cada día es excelente para la moral.
- Hacer ejercicio con regularidad. El deporte combate la fatiga. Permite disminuir el estrés, descomprimir y dormir bien por la noche.
- 3. Identificar la necesidad de energía de cada uno.
Las expectativas de energía son diferentes para cada individuo. Unos buscan una respuesta a los problemas de fatiga global o a los decaimientos puntuales, y otros buscan un tratamiento reequilibrante para una energía de fondo.
Hay tantos puntos que le inducirán a determinar qué gama puede ser la solución a sus expectativas. Usted también puede hacer el siguiente diagnóstico para definir su perfil de energía.
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